sonrisa congelada

“Lo siniestro es la irrupción del horror en la normalidad” (Sigmund Freud)

Estaban en aquella terracita, hablando de cualquier cosa, las cervezas
se iban amontonando en la mesa, alguien dijo algo y todos rieron, R
perdió el equilibrio con su carcajada y cayó al suelo de espaldas
desnucándose al instante. Un río de color rojo oscuro apareció tras su
nuca, todavía tenía una sonrisa congelada cuando llegó la ambulancia.

horizontal


Mi cadáver está expuesto en público.
Horizontal, veo asomarse rostros que me observan.
Algunos de ellos buenos amigos, familiares y conocidos.
también veo algunos personajes que me irritaron en vida.
Y a mi asesino.
¡cabrón! grito, pero nadie parece oírlo.

ayer, hoy, mañana


El día antes de mi entierro me peinan y me insertan en una caja rectangular abierta, la gente desfila contemplando mi cuerpo inánime; el día de mi entierro me llevan al cementerio y me embuten entre nichos poniendo cemento para separarme para siempre del mundo, herméticamente quedo enclaustrado; el día después de mi entierro emprendo un largo y perpetuo camino de hastío y aburrimiento, se llama eternidad.