(II)

Al señor T ya nada le inspiraba, probó la heroína pero ni así, al final se quedó viendo la puesta de sol y se le ocurrió una bella poesia.

(I)

Pertenecía a esa generación acostumbrada a comprar agradables momentos de felicidad al camello de la esquina, pero esa busqueda le había convertido en una especie de zombi insomne lacerado por una ingesta desmedida, incapaz ya de ver nada bello en la terrenal sobriedad.